Bachilleres: Maolis Albino, C.I: 29.643.918 y Alicia Alcalá, C.I: 27.921.834
La evolución influye significativamente en la adaptación de las especies a los cambios ambientales provocados por la actividad humana. A medida que las condiciones ambientales cambian, ya sea debido a la contaminación, el cambio climático o la urbanización, las especies se ven forzadas a adaptarse para sobrevivir. Este proceso de adaptación se basa en la variabilidad genética dentro de las poblaciones. Según Sánchez (2005) "la variación en las características heredables ligada a la eficacia es la base del proceso evolutivo concebido por Darwin" (p.19). La selección natural actúa sobre esta variación, favoreciendo aquellos rasgos que permiten a las especies sobrevivir en entornos alterados.
Las especies que muestran una mayor plasticidad fenotípica, es decir, la capacidad de modificar su fenotipo en respuesta a cambios ambientales, tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse. Por ejemplo, algunas plantas pueden alterar su ciclo de crecimiento en función de la disponibilidad de agua, mientras que ciertos animales pueden cambiar su comportamiento ante nuevos depredadores o presas. Sin embargo, la rápida tasa de cambio del entorno, provocada por la actividad humana, puede superar la capacidad de adaptación de muchas especies, lo que resulta en la disminución de la biodiversidad y la extinción.
Además, la introducción de especies invasoras y la pérdida de hábitats adecuados complican aún más la situación. Las especies que no pueden adaptarse rápidamente a estos cambios están en mayor riesgo de desaparecer, lo que resalta la importancia de conservar la variabilidad genética y los ecosistemas naturales.
Referencia bibliográfica:
Sánchez, R. (2005). Adaptación de las especies a través de cambios genéticos influenciados por el medio ambiente. [Revista Electrónica]. Recuperado de: 2 de febrero de 2005, de: http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/n020205.html