Los sistemas pueden adaptarse y evolucionar en
respuesta a cambios en su entorno. Esta adaptabilidad es esencial para la
supervivencia y evolución de los sistemas complejos.
De
manera que su relación con la Teoría General de Sistemas TGS, es que se vincula
a los sistemas abiertos, que intercambian energía, materia e información con su
entorno. Estos sistemas necesitan ser adaptables para integrar nuevos elementos
y responder a influencias externas, como cambios ambientales o fluctuaciones en
los recursos disponibles. La retroalimentación es una herramienta esencial en
este proceso, ya que permite al sistema evaluar su rendimiento y hacer ajustes
en tiempo real para mantener su estabilidad y funcionalidad.